Gemma Pascual 

El retrato fotográfico ha sido una herramienta fundamental en la plasmación de la imagen de las personas a lo largo de la historia. Su nacimiento se remonta al siglo XIX, cuando los estudios fotográficos comenzaron a popularizarse y la técnica del daguerrotipo permitió una mayor accesibilidad y economía en la realización de retratos.

 

El retrato fotográfico no solo ha servido como un intento de pasar a la posterioridad, sino también como reflejo de cada época y sociedad. Los retratos no solo plasman el físico de la persona, sino también su personalidad y su contexto histórico.

 

En este sentido, los retratos también han estado presentes en la obra de artistas contemporáneos, como es el caso de la colección de collages que se presenta en este trabajo. En esta obra, las personas retratadas son transformadas y alteradas para crear una nueva realidad, en la que se les otorga otra entidad y posición en un espacio y tiempo.

 

Políticos, príncipes, reinas, reyes, consortes, actores, actrices, futbolistas, todos son parte de este imaginario creativo y burlesco, que busca provocar una reflexión y elección por parte del espectador. Cada persona puede tener una interpretación distinta de la obra según su percepción y gusto, convirtiéndose así en parte activa de la propuesta artística.